Con raíces en la cultura iraní, esta festividad, a través de sus tradiciones y costumbres únicas, crea un vínculo entre el pasado y el presente, reuniendo a personas desde el corazón de Asia hasta las profundidades de Europa.
Como celebración cultural con más de tres mil años de historia, Noruz es un símbolo de unidad, paz y solidaridad entre las naciones. Ha sido inscrito en la lista del patrimonio mundial de manera conjunta por Irán, Afganistán, Azerbaiyán, India, Irak, Kazajistán, Kirguistán, Uzbekistán, Pakistán, Tayikistán, Turquía, Turkmenistán y Mongolia.
Noruz fue registrado por primera vez en 2009 con la participación de siete países, y posteriormente se unieron otros cinco. Este año, Mongolia se convirtió en el decimotercer país en unirse a la lista de naciones que celebran Noruz.
La recreación de Noruz es un proceso dinámico a través del cual esta antigua festividad no solo se transmite a las nuevas generaciones mediante la preservación y transmisión de tradiciones, sino que también se adapta e integra a las condiciones y necesidades contemporáneas, convirtiéndose en parte de la identidad cultural de cada generación. Este proceso permite que Noruz, como patrimonio cultural inmaterial, siga vivo y relevante en el mundo moderno.
Noruz no es solo una celebración local o nacional, sino que, a nivel regional y global, se erige como un símbolo de solidaridad entre naciones y culturas.
Esta festividad es especialmente valorada como una oportunidad para recordar valores humanos y culturales como la solidaridad, la paz, el afecto y el respeto mutuo. Como patrimonio cultural compartido, Noruz desempeña un papel fundamental en la preservación y el fortalecimiento de las conexiones culturales entre naciones y civilizaciones.